martes, 22 de marzo de 2022

Esto no

Necesitarías mil vidas para entenderme, y puede que ni aun así. Y lo comprendo, porque desde fuera yo también hubiera tomado otras decisiones. Pero puede que al hacerlo, todo lo que hoy me rodea no tuviera sentido. También hay cosas que no han cambiado y ojalá lo hubieran hecho, como todas las inseguridades que afloran cuando dejo que alguien plante una pequeña semilla de dudas en mi terreno, y a pesar del susurro que me aconseja mantenerme quieta, lo ignoro todo y entro al trapo en esa sucia guerra. Y ojalá me hubiera descubierto antes, porque aunque sé quién soy, no sé cómo gestionarlo. Porque me he pasado media vida delegando mi estabilidad emocional en un gramo de Lorazepam y ahora la realidad sin químicos me resulta muy violenta, pero necesaria. Por eso, puede que nunca me entiendas, porque tú tienes otros mil problemas y quizás peores que los míos. Pero son otros.

jueves, 27 de agosto de 2020

Closed

 No vengo a hablarte de amor, ni a darte lecciones de nada. Vengo a cerrar un ciclo, a por lo que es mío.

A decirte que nadie más va a luchar como lo hice yo contra ese muro de indiferencia gracias al cual me hice inmune a tantas cosas. Que nunca vas a encontrar más verdad que dentro de mí. Que no sé si podré perdonarte que no me eligieras por encima de todo como yo lo hubiera hecho, pero he aprendido a vivir con ello. Que ahora remo a favor de la corriente y todo es mucho más fácil. Que te he dedicado tantas lágrimas que tus recuerdos me saben sal. Pero sobre todo, vengo para abandonar a la persona en la que quise convertirme a toda costa para conseguir que me quisieras.

Y no ha sido fácil, pero me lo prometí. Y ahora soy la primera persona a la que intento no fallar nunca.

viernes, 3 de julio de 2020

Burned out

Tan segura de conocer a fondo el fuego que pensaste que nunca te podrías quemar. Habías leido tanto sobre ello que incluso te costaba entender cómo había gente en llamas, era ridículo. Y es lo malo de subestimar el peligro, que no eres consciente de lo que puede llegar a abarcar. Tú, que decidiste llamar a las puertas de un juego que te acabó consumiendo. Que creías ser capaz de controlar cualquier nimio detalle. Que habías rondado alrededor durante tanto tiempo, que el infierno se convirtió en una zona de confort. Siempre alerta, aunque a ti eso no te va a pasar. Hasta que entras y disfrutas del calor y pierdes la noción de todo. Y cuando quieres salir porque empiezas a notar que todo se desborda lentamente, ya no depende de ti. Tú, que tenías el control de todo y un diagnóstico en voz alta terminó con tu inagotable ejército de excusas. Que no estás acostumbrada a elegir, porque siempre vas con todo. Y ahora te toca buscar a tientas una salida de ese paraíso ficticio para asumir que al final todas esas quemaduras van a formar parte de tu vida para recordarte lo duro que fue arder.

viernes, 10 de abril de 2020

Weaks

Ella siempre intenta encontrar a los más vulnerables y cargar sobre sus hombros todo el peso de sus debilidades, y la admiro. Pero no vas a encontrar eso en mí. Quizá no sea una de mis características más plausibles pero al final es la verdad, y es lo único que importa: no me gusta la gente débil. Esa gente que utiliza sus problemas constantemente para conseguir algún tipo de atención o suscitar algún tipo de sentimiento en los que le rodean. Los que hacen una continua alusión a su baja autoestima. Los que juzgan tu vida como si supieran una mínima parte para intentar hacerte ver que ellos han sufrido mucho más que tú. Lo siento, sólo me genera rechazo. Y esto no va de gente atormentada o feliz, porque creo que al final todos aquellos que pasan por malas épocas a lo largo de su vida, aprenden a sobrellevarlas sin dar explicaciones más allá de un círculo personal muy cerrado. Siempre he sentido predilección por la gente que después de la caída, vuelve con más fuerza, sin quejarse de las condiciones adversas, sin llorar por las injusticias de su situación. La que si tiene miedo, lo hace con miedo. Tampoco significa que no podamos ser vulnerables en algún momento, supongo que al final la clave está en elegir con quién.

miércoles, 1 de abril de 2020

Out

La paciencia, mi talón de Aquiles. Me enervan los que andan lento, me pone de los nervios esa gente que habla de forma calmada y ralentizada y en general, me irrita cualquier acto llevado con parsimonia y tranquilidad. Puede que en cierta parte sea envidia porque sepan vivir a otro ritmo o puede que simplemente me guste vivir así, acelerada, pendiendo de un hilo, conteniendo la respiración, el todo o nada, la sensación de estar siempre al límite y de que no hay tiempo que perder, ya no. Y lo siento, por mucho que lo intentes no podrías entenderlo. Simplemente porque no quiero que lo hagas. Porque forma parte de mi universo caótico y me encanta esa poderosa sensación de restringir su acceso y poder mostrar únicamente lo que yo quiero, desde fuera.

martes, 20 de agosto de 2019

Límites

La eterna promesa, el diamante en bruto que de tanto intentar pulir acabó más desgastado de la cuenta. Empeñados en ponerte ese foco, a ti, que amas la más profunda de las oscuridades. Creces obsesionado con el podio y el escalón inferior sabe a derrota. Y la plata, más que consuelo, huele a decepción. Con la frustrante búsqueda de la lejana perfección. Con esa mirada de desafío que compite a muerte hasta con su propio reflejo. Y cuando paras, de repente, todo te golpea con la misma intensidad con la que lo peleaste en su día, y aprendes a vivir a otro ritmo, por tu bien, pero con esas secuelas que te obligan a que si alguien te reta, arrasas con todo y todos para conseguirlo.

domingo, 2 de junio de 2019

Como si nada

Crecemos y pensamos que dejaría de doler con el tiempo, pero no es verdad. Sólo cambia nuestra forma de asimilarlo. Y esa forma de ocultarlo, como si no existiera, aunque para tí no hay día que puedas olvidarlo. Crecemos, y nos hacemos fuertes, aunque sólo sea mentalmente y si te toca la herida le aguantas la mirada impasiva como si no sintieras nada. Como si no te estuvieras desangrando. Como si ese dolor fuera imperceptible y no te estuvieras muriendo con cada punzada. Le miras con indiferencia, porque tiene que ser consciente de que no te va a enseñar a sufrir, a esas alturas. Y que si algún día fue puñal, tú ahora eres acero. Como si no sintieras nada.